Representantes de los gobiernos de más de un centenar de países participaron el pasado 19 y 20 de febrero en la tercera Conferencia Mundial sobre Seguridad Vial, en Estocolmo (Suecia), con el objetivo de reducir a la mitad el número de fallecidos y heridos en accidentes de tráfico en los próximos diez años, como establecen los objetivos de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Organizada por el Gobierno de Suecia junto con la OMS, la Conferencia Ministerial permitió a los delegados la oportunidad de compartir los logros y enseñanzas derivados de la aplicación del Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011–2020, forjar las futuras direcciones estratégicas para la seguridad vial en todo el mundo y definir formas de acelerar la acción en estrategias de eficacia probada. La Conferencia Ministerial también incidió en la oportunidad de vincular la seguridad vial con otros retos de sostenibilidad.
La seguridad vial es una cuestión candente para la salud y el desarrollo. El número de víctimas mortales en las carreteras de todo el mundo sigue siendo inaceptablemente alto: se estima que cada año mueren 1,35 millones de personas y que no menos de 50 millones de personas sufren traumatismos por esa causa. Las colisiones en la carretera son la octava causa principal de muerte en todo el mundo en personas de todas las edades, y la primera entre niños y adultos jóvenes de 5 a 29 años. Las muertes y los traumatismos debidos al tránsito rodado truncan vidas y hunden a las familias en la pobreza. De media, cuestan a los países un 3% de su producto interior bruto (PIB).
La Conferencia Ministerial reunió a más de 1.500 delegados: ministros de transporte, de salud y del interior de los Estados Miembros; altos funcionarios de organismos de las Naciones Unidas; y representantes de la sociedad civil, las universidades y el sector privado. Antes de la Conferencia Ministerial los Estados Miembros adoptaron las conclusiones del Presidente, o «Declaración de Estocolmo», en la que se aboga, entre otras cosas, por una nueva meta mundial de seguridad vial para 2030, una reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre seguridad vial en 2022 y un conjunto de soluciones innovadoras para salvar vidas en las carreteras.
«Es una atrocidad que cada año se pierdan más de un millón de vidas por accidentes de tráfico. Pagar ese precio por la movilidad es inaceptable«, ha afirmado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La conferencia de Estocolmo debe servir para que los diferentes países compartan experiencias y diseñen estrategias globales de seguridad vial que puedan «salvar vidas”. Además, se presentó una declaración con recomendaciones para reducir a la mitad las muertes en la carretera en 2030.
«Más allá de prevenir el sufrimiento humano y las grandes pérdidas económicas, abordar el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico tiene un impacto positivo en todos los aspectos de la sociedad y el desarrollo, incluidos los relacionados con el medio ambiente, el cambio climático, la educación, el empleo, la energía, la pobreza, los derechos humanos y la igualdad«, asegura la OMS.
Más de la mitad de las víctimas mortales en accidentes son peatones, ciclistas y motociclistas, recuerda la organización dependiente de Naciones Unidas. «El riesgo de muerte en estos accidentes sigue siendo tres veces mayor en países pobres que en países ricos«, apunta la OMS.
Además, su director general asegura que «la mayoría de las muertes y lesiones por accidentes de tráfico se pueden prevenir utilizando estrategias probadas«. En ese sentido, la conferencia permitirá compartir esas experiencias positivas, que suelen partir de la participación de actores de diferentes ámbitos, como la movilidad, el sanitario, el urbanístico y el legal. «El éxito también depende del liderazgo y voluntad política al más alto nivel del gobierno y en estrecha colaboración con la sociedad civil y el sector privado«, apostilla.