Desplazarse en bicicleta, moto o patinete son algunas de las propuestas «más eficaces» para contribuir a una movilidad segura, sana y sostenible, según varios expertos en movilidad de nuestro país. En éste artículo se analizan las mejores opciones de movilidad de cara al próximo 11 de mayo, momento en que comienza la fase 1 de la desescalada en muchas comunidades autónomas. Un periodo que coincidirá con una recuperación de la movilidad y, probablemente, con un incremento de la siniestralidad vial.
Además de estas tres opciones, también se incluyen entre las mejores opciones de movilidad, el vehículo privado (con mascarilla), el transporte público (también si se utiliza mascarilla), y realizar traslados a pie, cuando las distancias sean cortas.
«Es el momento de seguir avanzando hacia una movilidad más segura, sana y sostenible y, al mismo tiempo, de reconocer, en un momento tan excepcional, el papel de todos los modos de transporte, incluido el del vehículo particular, una de las alternativas con menor riesgo de contagio del virus«, ha señalado Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre.
En este sentido, considera que las cifras de siniestralidad se han reducido de manera importante, «pero menos de lo que hubiera sido deseable«, en parte debido a la «falta de cumplimiento de las normas de tráfico, sobre todo relacionadas con la velocidad, y como resultado de un mayor estrés laboral y anímico y peor calidad de sueño entre algunos conductores«. Estos dos factores, repercuten en un mayor riesgo y un aumento en el número de distracciones al volante entre los conductores durante el periodo de Estado de Alarma y sus prórrogas.
El plan de acción de movilidad urbana de Barcelona contempla la pacificación de calles, el cierre de áreas al tráfico, actuaciones de mejora del servicio de autobuses, y la ampliación del carril bici y de zonas peatonales.
Para promover el uso de bicicletas y patinetes eléctricos, algunas ciudades como Barcelona, están apostando por límites de velocidad de 30 km/h, así como la posibilidad de crear más carriles-TIL (Transporte Individual Ligero), idóneos para los sistemas de movilidad personal.
También existe la posibilidad de incorporar medidas dirigidas a favorecer la movilidad de los peatones, los usuarios de la vía más vulnerables junto a los ciclistas, abriendo, por ejemplo, un carril para cada sentido en las avenidas o calles que lo permitan durante los fines de semana. Otra propuesta es la redistribuir el espacio urbano durante los días laborales, especialmente de cara a las sucesivas oleadas de incorporación de trabajadores, recordando que las bicicletas y patinetes no pueden circular por las aceras y que los conductores deben evitar caer en la tentación de superar los límites de velocidad o no respetar los semáforos por el hecho de haber menos tráfico.
La falsa sensación de seguridad que dan las calles vacías en estos momentos puede ser el origen de muchos incidentes para los peatones, que muchas veces no caminan por el lugar adecuado o, simplemente cruzan en rojo porque se encuentran con la calle vacía.
Es importante no bajar la guardia, ya que ante un incremento previsible en los próximos días en el uso de medios de transporte más vulnerables como es la bicicleta, el patinete eléctrico y los desplazamientos a pie, es más necesario que nunca reforzar las medidas de seguridad y la prevención.
El distanciamiento social no puede implicar un riesgo de atropello, los peatones deben tener en cuenta que tienen que hacerse visibles con ropa de colores claros y elementos reflectantes, especialmente cuando caminan por la noche, para evitar atropellos.
Algunas de las «soluciones eficaces y obvias» que se pueden aplicar a corto plazo son:
Actuación contemplada en el plan de acción para una calle de la ciudad de Barcelona.
- Flexibilizar el horario de entrada y salida al trabajo para evitar coincidir a la misma hora en el transporte.
- Promover el teletrabajo, una opción que permitiría reducir la demanda de la movilidad laboral al menos un 20% en el caso de que se realice solamente un día a la semana.
- Elegir preferentemente aquellos medios de transporte que, además de seguros, permitan la distancia interpersonal para evitar contagios; compartir el vehículo particular, que supone entre el 30 y el 50% de la movilidad laboral total, y que normalmente tiene un solo ocupante; y utilizar la mascarilla.
- Revisión por parte de las empresas de los planes de movilidad de sus empleados al centro de trabajo para adaptarlos a las nuevas necesidades y garantizar su seguridad vial y sanitaria.