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La seguridad vial: una cuestión de prioridades y sensibilidades

La Seguridad Vial: una cuestión de prioridades y sensibilidades.
En seguridad vial España es el 5º país de la U.E. con 39 fallecidos por millón de habitantes y ninguno de los países que están delante ( Suecia, U.K., Holanda o Dinamarca) tienen 80 millones de turistas ni 5,2 millones de motocicletas, así que probablemente seamos un referente mundial. El problema es que no lo sabemos y no nos lo creemos. Pero con más de 1.200 fallecidos en las carreteras y más de 500 fallecidos en las ciudades podemos y debemos mejorar.
Lo primero que hay que hacer es no buscar culpables sino buscar soluciones.
Culpar al envejecimiento del parque de vehículos o al aumento de los desplazamientos no nos lleva a ninguna parte.

Habrá que mirar algunos datos para apuntar posibles soluciones:
El 77% de los fallecidos en carretera son en las vías secundarias con doble sentido compartido. Los franceses acaban de aprobar la reducción de la velocidad máxima en estas vías de 90 a 80 kms/hr. En España la velocidad máxima es de 100 o 90 kms/hr según el ancho del arcén. Y desde el año 2012 estamos discutiendo igualarla a 90 kms/hr y aunque todos estamos de acuerdo no hemos sido capaces de hacerlo. ¿Por qué nos cuesta tanto tomar decisiones?

Las motocicletas suponen el 15% del parque de vehículos y el 22% del total de fallecidos. El año 2007 se aprobó un Plan de Seguridad específico para las motocicletas que fue un referente en Europa. Once años después poco sabemos de su balance y seguimiento mientras en otros países nos hablan de la obligación del uso de guantes en carretera, de cursos para los trabajadores en moto que hacen las entregas del comercio electrónico y de carriles preferentes que no obligatorios para motos en algunas ciudades. ¿Por qué nos cuesta tanto dar a las motocicletas la importancia que tienen y merecen?

Todos podemos estar de acuerdo que el permiso por puntos supuso un antes y un después en la siniestralidad en nuestro país. El 1 de julio de 2016 se cumplieron 10 años de su puesta en marcha y lo lógico y razonable habría sido haberlo aprovechado para su actualización y mejora. Hemos dejado pasar una espléndida oportunidad para dar un nuevo impulso a la seguridad vial. ¿Por qué nos cuenta tanto aprovechar las oportunidades?

Y así podríamos continuar hablando de las distracciones por el uso excesivo o inadecuado del Smartphone o de las furgonetas que son el gran olvidado de la seguridad vial o de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) que probablemente en el 2017 y por primera vez en nuestra historia, contarán más entre el total de fallecidos que los que viajaban sobre cuatro ruedas.

Sabemos que la condición previa e indispensable para una buena política de seguridad vial es una buena política de movilidad y en Europa son los Ministerios de Transportes los que lideran las políticas de movilidad. En nuestro país sigue siendo una asignatura pendiente saber a qué ministerio le corresponde.

Aquí corremos el riesgo de fiarlo todo a las nuevas tecnologías que nos tienen fascinados y mientras hablamos de las nuevas tecnologías que todo lo van a resolver seguimos contando muertos.
Los detalles son significativos y en Francia, las medidas para el año 2018 se aprobaron el 9 de enero en una reunión de la Comisión Interministerial de Seguridad Vial presidida por el Jefe del Gobierno y a la que asistieron diez ministros y secretarios de estado. En España las medidas para el año 2018 las presentó el Director General de Tráfico en una rueda de prensa y solo. Quizás es una cuestión de sensibilidades y prioridades.

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