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Cómo reducir los accidentes de moto en Barcelona

Barcelona es la ciudad europea con más motos por habitante, exactamente el 22% del parque móvil de la capital lo ocupan las motos. Esta gran cantidad de motocicletas sobre el asfalto de Barcelona no solo se presencia en sus calles, sino que las aceras en ocasiones se transforman en largos aparcamientos de motos, algunos de ellos sin normativa alguna. Desgraciadamente el número de motos que hay en la ciudad también se relaciona con su implicación en gran parte de los accidentes de tráfico, exactamente el 40% de los que ocurren hay algún ciclomotor o motocicleta por el medio.

Esta cifra se hizo pública el pasado 19 de octubre en la 24ª edición del Fórum Barcelona de Seguridad Viaria, una jornada de debate organizada por el RACC y en la que participaron organismos como la DGT o la asociación de Prevención de Accidentes de Tránsito (PAT). Todos ellos coinciden en tomar medidas urgentes para reducir el alto índice de mortalidad de motoristas en Barcelona. De lo que llevamos de año ya se han contabilizado 18 muertos en accidentes de tráfico, de los cuales nueve eran conductores de motos.

El Ayuntamiento quiere reducir el número de motoristas fallecidos, diez en lo que va de 2018, reduciendo la velocidad

La implantación de un carril exclusivo para motos, como ha propuesto el presidente de RACC, o la limitación de la velocidad a 30 km/h son algunas de las medidas que se han puesto encima de la mesa como posibles fórmulas para reducir la accidentalidad. Otros ponientes como Pierre Van Elslande, director de investigación del instituto francés de ciencias del transporte, planificación y redes (IFTSTTAR) han aportado una mirada más realista de la situación, destacando que la naturaleza del conductor de motos es mucho más frágil que el de un coche y que “el riesgo de salir herido en moto es mucho mayor“. A pesar de esta realidad difícil de cambiar, la reducción de los accidentes en gran parte depende de un contexto más o menos seguro y de que mejoren, entre otras muchas cosas, la visibilidad de los motoristas.

Barcelona camina hacia la ciudad zona 30

La medida de reducir el límite de velocidad a 30 km/h la anunció la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, y tomará forma en el nuevo plan de Movilidad Urbana y el de Seguridad que está confeccionando la administración municipal.

En 2007 la capital catalana diseñó una ordenanza municipal que reducía de 50 a 30 por hora la limitación de velocidad en las calles de un único carril. La medida ha sido adoptada ahora, once años más tarde, por Madrid y el Consistorio anuncia que estudia ampliar la limitaciones a calles de más de un carril ya que -según sus estudios- reducir la velocidad implica, “siempre”, una reducción de la siniestralidad. Vidal no ha querido destacar que nuevas vías se verían incluidas en la limitación a 30 km/h pero fuentes que están confeccionando el futuro plan de Movilidad Urbana descartan que sean calles como Diagonal, Meridiana, Aragó… que asumen buena parte de la entrada y salida de la ciudad.

El nuevo plan no descarta reducir la velocidad en tramos de vía como las Rondas u otras calles si se considera que así la conducción será mucho más segura.

La medida cuenta con el beneplácito del director general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, y podría ser efectiva en los próximos meses. El primer objetivo que se pretende conseguir con la modificación es que se reduzcan el número de motorista heridos y fallecidos en las calles barcelonesas.

El director general de la DGT, Pere Navarro, destacó que Barcelona ha sido impulsora de políticas en materia de tráfico y seguridad: “La reducción a 30 kilómetros hora en calles de un único carril fue una innovación de Barcelona en 2007. Se comprobó que para reducir la siniestralidad de las motocicletas lo mejor era reducir los límites de velocidad que hasta entonces era de 50 kilómetros hora. Barcelona lo hizo mediante una ordenanza municipal, luego fue Bilbao y ahora Madrid”. Navarro pide que se siga debatiendo sobre seguridad vial porque “solo con que se hable de ella bajan los accidentes”. También habló de la normativa que está realizando el Consistorio barcelonés sobre los vehículos de movilidad urbana (patinetes eléctricos…) asegurando que el Estado copiará esta ordenanza.

Según Pere Navarro “las políticas de movilidad tienen éxito cuando se reducen los coches y se aumentan las motos en las calles”, destacando que mientras el coche eléctrico todavía está implantándose, la moto eléctrica ya lo ha conseguido.

Durante el fórum de movilidad el presidente del Racc, Josep Mateu, pidió más aparcamientos en las entradas de las ciudades para fomentar el transporte público. Mateu solicita también carriles especialmente para motos, sobre todo en horas punta, y que las leyes impongan la alcoholemia cero para los motoristas.

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