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La perversión del seguro del automóvil frente a los talleres de reparación y las víctimas de accidentes de tráfico

La gran presión que desde hace unos años están ejerciendo algunas compañías aseguradoras a talleres de reparación de vehículos a motor para reducir los costes está llegando a un extremo insoportable para muchos de los profesionales de este sector.

Las prácticas de algunas de estas compañías pasan, no ya por las duras discusiones con los peritos sobre lo que debe repararse o no de los daños presupuestados por el mecánico, si no que la frontera ha alcanzado ya unos extremos de miedo: la imposición de unos precios en la mano de obra insostenibles para la mayoría de profesionales y la imposición de piezas de recambio de marcas blancas (en general marcas chinas de muy baja calidad) y, en muchos casos, de desguace, a llegado a situaciones de impago de facturas a los talleres si no han seguido estos estrictos criterios.

Estas actitudes de algunas compañías del sector, están sublevando a muchos profesionales que, poco a poco, se están organizando para hacer oír sus protestas, algunos compartiendo blogs y comentarios en webs (Eurosiniestro o Infotaller por ejemplo) y otros, como ha sucedido estas últimas semanas, denunciando esta situación directamente en las redes sociales, con videos explicativos de la desesperada situación que están viviendo, como la que podemos ver en este vídeo que adjuntamos que ya se ha vuelto viral en las redes.

Lo más grave de esta situación es que, no sólo se maltrata a los talleres para reducir los costes de reparación, con el consiguiente ahorro directo para la compañía, si no que luego, cuando ha habido lesionados dentro de dicho vehículo, por ejemplo, por una colisión por alcance, utilizan estas facturas para defender que “con estos ridículos importes de reparación no se pueden haber causado lesiones” y, a partir de ahí, empieza la segunda batalla, ahora con las víctimas de accidentes en general leves: ponen a un supuesto perito experto en biomecánica que realiza un informe con las cuatro fotos de los daños de los vehículos; los importes de las facturas de reparación (ya exprimidas) y a partir de ahí dicen que extraen las velocidades de impacto, delta V, etc., para acabar afirmando que las lesiones reclamadas (por muy leves que sean) no pueden ser pagadas porque no son acordes con los daños (falta de nexo causal)… el círculo perfecto… y cuando se llega a juicio porque las compañías se niegan a pagar ni un solo euro por la indemnización por lesiones, defienden esta invención con peritos y médicos peritos que ni ellos se creen la película, pero ponen en auténtico riesgo la indemnización de la víctima si el juez o el abogado no traen la lección bien estudiada…

Por suerte, la práctica se ha vuelto tan generalizada que en la mayoría de juzgados no se creen toda esta construcción (excepto en los claros casos de fraude), pero por el camino quedan miles de personas, víctimas reales de accidentes y profesionales de un más que digno y duro oficio, que no plantan cara por desconocimiento o falta de medios, damnificados sin compensación fruto del capitalismo salvaje que practican algunas de estas empresas.

Una enorme pantomima que se está viviendo en nuestro país desde hace ya demasiados años y que está perjudicando a miles de víctimas de accidentes, con el eterno pretexto del fraude, y que deben ser denunciadas de la misma forma que el mismo fraude.

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