¿Es necesaria una formación específica para circular en bici? ¿Se debe impartir a los niños en la escuela? La bicicleta es un medio económico, limpio, eficiente, saludable… Pero inseguro. ¿Debería existir una formación oficial que acredite una pericia y unos conocimientos básicos? Esto es lo que están haciendo otros países.
Un artículo de Anabel GUTIÉRREZ
La formación en movilidad ciclista en nuestro país es muy dispersa, tanto geográfica como metodológicamente. Las primeras experiencias se han realizado a través de grupos de voluntarios usuarios de la bici que se han ido profesionalizando a través de asociaciones, y que han derivado en casos como el de La Ciclería en Zaragoza o Biciclot en Barcelona, que ofrecen cursos para aprender a circular en bici.
ESTRATEGIA ESPAÑOLA
La Estrategia Estatal de la Bicicleta, que lidera el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, propone actualmente una serie de medidas para impulsar y mejorar la formación ciclista entre todos los públicos. Por su parte, la DGT, en esa línea de impulso y promoción, desarrolla un programa de movilidad infantil y juvenil, el proyecto STARS, que trabaja en la capacitación ciclista, acogiendo la metodología 1Bici+ (que adapta en nuestro país un programa formativo británico “Bikeability”). Entre las acciones previstas está el desarrollo y publicación de cursos online abiertos para todos los públicos.
En general se podría decir que la formación ciclista se ha desarrollado como una oferta extraescolar y, a medida que se ha considerado como una competencia básica, se ha ido integrando en los programas educativos de las escuelas. Aunque solo en algunos países.
LAS CLAVES
Según el último Barómetro de la bicicleta, realizado por la Federación Europea de Ciclistas, Dinamarca y Países Bajos lideran el ranking de países con mayor número de ciclistas. De cerca le siguen Suecia, Finlandia, Alemania y Bélgica. En muchos de estos países, explica Angela van der Kloof, experta de Países Bajos en enseñanza sobre movilidad ciclista en Mobycon, “se ofrece formación en bicicleta en los centros educativos de primaria, entre los 10 y 12 años aproximadamente, orientada a aprender a circular en bici, a respetar las normas de tráfico, a planificar una ruta a la escuela secundaria, que será el trayecto que harán esos niños en el futuro”. Aunque para ella sólo esta formación no es suficiente. Hay que contar con los padres. “Si los padres no saben montar en bicicleta, también deberían tener la oportunidad de aprender. De esta forma nos aseguramos de que los niños puedan incorporar el ciclismo en sus actividades diarias y que vaya más allá de la idea de una «actividad especial», asegura. Y, efectivamente, dos características que distinguen a los países con mayor cultura ciclista del resto son: un programa educativo en movilidad ciclista integrado en la escuela pública y una larga tradición de padres –incluso abuelos–, que se desplazan habitualmente en bici y que actúan como principales transmisores de esta cultura.
EL CARNET CICLISTA
En Países Bajos las lecciones sobre bicicleta se imparten en el colegio mediante metodologías prácticas y divertidas durante toda Primaria y a nivel nacional. Son los propios centros escolares los que deciden el programa a utilizar o si colaboran con los padres, la policía u otras organizaciones. Al cumplir los 12 años, momento en el que pasan de Primaria a Secundaria, deben hacer un examen teórico y otro práctico. Se convocan en abril y participan cada año unos 200.000 alumnos. El examen teórico consta de 25 preguntas que evalúan si los estudiantes dominan normas de circulación, situaciones de tráfico y si son conscientes de la importancia de un comportamiento seguro. La prueba práctica consiste en realizar un recorrido en bicicleta en situación de tráfico real (unos 6 kilómetros). Los niños son evaluados por voluntarios a lo largo de la ruta. Los que superan la prueba reciben un “Verkeersdiploma” o un certificado, algo similar a un carné, expedido de manera institucional, pero solo a efectos educativos.
Otro ejemplo. En Dinamarca la formación ciclista está presente en niños desde la enseñanza preescolar. La metodología se llama Cycling Games, un concepto desarrollado por la Federación Danesa de Ciclistas que consiste en el juego infantil de “seguir al líder”. Durante este juego el niño aprende a mantener el equilibrio, estimar la distancia y la velocidad, entrenar su sentido del espacio y la dirección, y practicar todo tipo de maniobras (arranque, parada, giro, etc.) en la bicicleta. En las siguientes etapas escolares se entrena al alumnado en movilidad ciclista. El sistema público danés de enseñanza establece esta formación como parte de los objetivos de aprendizaje. En Alemania, Suiza y Austria la educación vial en bicicleta está presente en la enseñanza primaria de forma muy activa. De hecho, antes de cumplir los 12 años se pueden presentar a un examen teórico y práctico que da derecho a la obtención de una licencia de conducción, de carácter voluntario.
EXTRAESCOLAR
La Ley de Movilidad de Francia tiene previsto desarrollar el Plan Nacional de la Bicicleta en 2024. Entre sus objetivos está el de lograr que los jóvenes entre los 6 y 11 años dominen de manera autónoma y segura sus desplazamientos en bici. El Ministerio de Deportes, organismo responsable, deberá extender este programa de formación a todas las escuelas el próximo año. El Gobierno francés ha elaborado también un Plan de la Bicicleta post-confinamiento que ofrece una formación gratuita a todo aquel interesado: dos horas de entrenamiento, en sesiones individuales o en grupos reducidos y con un instructor experimentado. Reino Unido ostenta el sistema de referencia para la formación en movilidad ciclista, “Bikeability”. Son tres niveles educativos: manejo de la bicicleta en entornos no asfaltados (de 3 a 4 años); circulación en carretera controlada (de 5 a 6 años); circulación en tráfico abierto (desde los 7 años). No se incluye dentro del currículum escolar, pero se llevan a cabo programas de formación en horas extraescolares a lo largo de todo el país. Hace un año, el Ministerio de Transporte anunció su compromiso de extender el programa Bikeability y de financiar la creación de infraestructuras ciclistas. Está previsto que se ofrezcan 400.000 plazas subvencionadas de formación adicionales en el programa cada año.