En los últimos 4 años se ha producido un estancamiento en la reducción de la accidentalidad, que entre otras consecuencias pone en riesgo lograr el objetivo europeo para 2020 de reducir los muertos un 50% respecto a 2010.
Ante esta situación, el RACC considera necesario un plan de choque urgente que actúe de manera específica sobre las causas más frecuentes de los accidentes y sobre los colectivos de mayor riesgo.
Ante el aumento del número de accidentes, desde el RACC proponen 20 medidas concretas para reducir la siniestralidad.
El RACC pide actuar en todos los factores que intervienen en la accidentalidad:
Factores
- Las personas: teniendo en cuenta las circunstancias específicas de los jóvenes, ancianos, ciclistas, motoristas, peatones y conductores, fomentando la convivencia de todos ellos.
- Los factores de riesgo:reduciendo la incidencia de los factores de riesgo más frecuentes en los accidentes, como la velocidad, las distracciones o el consumo de alcohol y drogas.
- Los vehículos: modernizando el parque automovilístico con vehículos más seguros e incorporando sistemas de seguridad de serie.
- Las infraestructuras: mejorándolas y fijando objetivos concretos para elevar el nivel de seguridad de las vías.
Estas medidas aparecen recogidas en el documento “20 medidas para el 2020”
- Acceso gradual al permiso de conducir.
Implantar un acceso gradual al permiso de conducir estableciendo un sistema de formación progresiva y limitando inicialmente las condiciones de utilización del vehículo. Por ej.: permitiendo la conducción acompañada a partir de los 17 años, limitación en la conducción de noche, del número de ocupantes, alcoholemia 0, etc. Estas medidas se irían levantando a medida que el conductor novel adquiriese experiencia. - Ofrecer instrumentos de autoevaluación y mejorar las pruebas de aptitud.
Encontrar un mejor equilibrio entre autonomía y seguridad en la movilidad de las personas mayores, promoviendo instrumentos de autoevaluación que orienten sobre la conveniencia o no de seguir conduciendo y mejorando el rigor y frecuencia de las pruebas de aptitudes psico-cognitivas realizadas a las personas mayores de 75 años. - Campañas de sensibilización a los colectivos más afectados.
Realizar campañas de sensibilización masiva dirigidas sobre todo a peatones hombres mayores de 75 años, especialmente en áreas urbanas. Concienciar sobre nuevas formas de distracción de los peatones, como es el uso de los smartphone al cruzar una calle. Auditar y adecuar los pasos de peatones para asegurar un diseño seguro, y un tiempo de semaforización mínimo para las personas mayores. - Carriles bici segregados.
Mejorar la infraestructura para que la movilidad ciclista sea segura, optando por carriles segregados con suficiente anchura, siempre que sea posible, y potenciando los carriles bici bidireccionales para reducir el riesgo de accidente con otros usuarios de la vía - Uso del casco y cumplimiento del código de circulación.
Reforzar los niveles de exigencia en relación con el cumplimiento del código de circulación, con el fin de asegurar una buena convivencia de la bici y los VMP –Vehículos de Movilidad Personal, como los patinetes–con peatones y vehículos motorizados, y mejorar las exigencias de seguridad, especialmente en relación con el uso del casco - Seguro de responsabilidad civil.
Establecer progresivamente un sistema de responsabilidad civil obligatoria, en línea con otros países europeos. - Canje de multas por formación.
Paralelamente al permiso por puntos, poner en marcha un sistema obligatorio de canje parcial de multas por cursos de formación, para mejorar la actitud de los conductores de mayor riesgo. - Examen a conductores B+3.
Implantar una prueba de aptitud para los conductores con permiso “B+3” –turismos, furgonetas y motos– estudiando de forma mucho más estrecha la evolución de la accidentalidad de este colectivo. - Concienciación a los grupos de más riesgo.
Llevar a cabo campañas de concienciación dirigidas sobre todo a motoristas masculinos adultos de más de 40 años que circulan preferentemente por carretera. - Formación continua a los conductores y más coordinación entre las autoridades.
Establecer un sistema de formación continua de los conductores que les ayude a mejorar sus aptitudes y actitudes al volante, dado que cada vez los coches actuales tienen un equipamiento tecnológico más sofisticado que puede generar confusión y distracción. También añadir las funciones automatizadas de los vehículos en la obtención del permiso de conducir.
Avanzar en la mejora de la comunicación entre autoridades de tráfico y sanitarias para dar la respuesta más adaptada posible a las necesidades de los diferentes grupos de riesgo, respetando la privacidad de sus datos personales. - Revisión de los límites y su señalización.
Proceder a una revisión sistemática de los límites de velocidad, comprobando su coherencia según el tipo de vía y el tráfico que soporta, mejorando la señalización variable. - Tasa cero de alcoholemia y Alcolock.
Implantar la tasa 0 de alcoholemia para conductores profesionales y durante los dos primeros años de carné para los noveles y motoristas. Introducción del Alcolock –dispositivo que no permite arrancar el vehículo si se ha consumido alcohol– para los infractores reincidentes. - Bloqueo del móvil y certificación de aplicaciones compatibles con la conducción.
Promover el bloqueo del móvil durante la conducción y establecer un sistema de certificación oficial de apps compatibles con la conducción en los vehículos conectados a Internet y los smartphones. - Eliminación del impuesto de matriculación.
Eliminar el impuesto de matriculación para fomentar la renovación del parque, de tal forma que las mejoras tecnológicas de seguridad generen antes un beneficio de seguridad - Sistema de frenado automático de emergencia en todos los coches nuevos.
Impulsar en el ámbito de la UE que el sistema de frenado automático de emergencia sea obligatorio de serie en todos los coches, furgonetas y camiones nuevos. Su potencial de evitar choques posteriores y atropellos a velocidades inferiores de 40 kilómetros/hora es muy elevado. - ABS obligatorio en motos de menos de 125 c.c.
Hacer obligatorio el ABS en motos de menos de 125 c.c. para mejorar la seguridad, tal como ya se ha hecho para las motos de mayor cilindrada desde 2017. - Política de mantenimiento preventiva en lugar de reactiva.
Fijar como objetivo para 2020 que el 80% del tráfico circule por vías de 3 o más estrellas, lo que implica un cambio de paradigma de la política de mantenimiento, pasando de un enfoque reactivo a uno preventivo. - Adecuación de las travesías urbanas.
Llevar a cabo una política de mejora de las carreteras que atraviesan áreas urbanas adecuando la infraestructura al uso funcional de la vía, dado que, por ej.: en Cataluña concentran el 20% de los accidentes graves y mortales, mientras que comprenden solo el 10% de la red. - Desviaciones obligatorias del tráfico pesado.
Desviar de forma obligatoria el tráfico pesado desde las carreteras convencionales hacia las autovías y autopistas en aquellos tramos en que las vías transcurran en paralelo. De este modo se evitan muchos adelantamientos y eventualmente choques frontales - Revisión integral de la señalización.
Poner en marcha una política integral y coherente de la señalización a partir de la realización de auditorías independientes de ésta. El envejecimiento de la población requiere una revisión de las medidas, la falta de continuidad en la señalización genera dudas y situaciones de riesgo (frenadas, marcha atrás …) en el tráfico, la señalización de los radares en ambos lados indicando el límite asociado, etc.